¿Sanar o salvar? La cuestión que no siempre contesta Dios

ESPAÑOL/IDEAS Acabé de compartir una enseñanza con mi comunidad sobre Dios el Sanador, pero también sobre las veces cuando Dios no sanó.

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‘¡Dios siempre es Sanador si solo elevas tu fe!’ un hombre replicó.

Allí en este mismo momento, ese hombre negó la posibilidad de tener a un Dios que no sanaría. Su Dios aparentemente era mayor que mi Dios.

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En principio, podría haber estado de acuerdo con él. Jesús sanó a casi todos, pero prometió a los no creyentes, a los escépticos del día, solo al signo de Jonás. Es decir, verían a Jesús muerto y luego resucitarían solo al tercer día. En otras palabras, uno pude decir que no hay remordimiento para el malvado.

«¡Esta generación malvada y adúltera pide una señal milagrosa! Pero no se le dará más señal que la del profeta Jonás. Porque así como tres días y tres noches estuvo Jonás en el vientre de un gran pez, también tres días y tres noches estará el Hijo del hombre en las entrañas de la tierra.» (Mateo 12:39-40 NVI)

Hoy estamos llamados a seguir por el camino que Jesucristo primero estableció para nosotros. Estamos llamados a poner las manos sobre los enfermos, (Marcos 16:18 NVI) así como a predicar el Evangelio para la salvación del hombre. (Mateo 28:19-20 NVI)

Falta solo un pedacito pequeñito; En la vida, la sanidad milagrosa no siempre ocurre, y no puedo explicar el por qué. Solo puedo decir que yo no soy Dios. Tampoco no soy Jesucristo. Hago lo que me dice el Espiritu, y ocasionalmente el Espíritu Santo sí sana. Lo he visto varias veces, además de haberlo experimentado en mi propia vida.

PARA PONER LAS COSAS EN PERSPECTIVA, me gustaría añadir lo siguiente, que, si bien no siempre todos se sanan, el objetivo de la misión de Jesucristo en nuestra tierra más que todo fue venir a salvarnos. (Juan 3:16-17 NVI) Nunca debemos olvidar la restauración que Él planea para toda su creación. (2o Pedro 3:13 NVI)

LA UNCIÓN. ‘Me puse la camisa de sacerdote y llevé la pequeña botella de aceite para ungir el moribundo hombre y celebrar junto con su familia el sacramento de la unción de los enfermos,’ dijo el pastor Victor Skimmeland. Foto: Andrea N.B. Skimmeland.

El viernes pasado, me llamó la esposa de un hombre que he podido conocer el último año. Ella era tan secular como casi todos los noruegos, sin embargo, me llamó con su solicitud muy tarde en la noche. Su marido se estaba muriendo en el hospital.

Me puse la camisa de sacerdote y llevé la pequeña botella de aceite, esta vez armado solamente con Santiago 5:14 (NVI), y luego dejé correr el carro los sesenta kilómetros en la noche oscura y fría hacia el hospital. Realicé la liturgia de la unción con la familia presente. Aunque en ninguna manera estaba en peligro, espiritualmente hablando, ese hombre, el momento todavía era importante para acercarse más a la fe para todos los demás presentes.

No fuimos testigos de ninguna sanidad milagrosa en el último minuto, pero el hombre fue salvado y guardado para la eternidad, y varios miembros de la familia experimentaron el toque del Espíritu Santo para comenzar el camino a sus propias conversiones.

El marido murió poco tiempo después de que salí del cuarto del hospital. Según la esposa, con la cual pude hablar brevemente la mañana siguiente, dejó de pelear contra el dolor en el momento en que me senté junto a su cama, y quedó con calma hasta que descansó en la paz del Señor poco después de mi salida. La familia estaba muy agradecida.

(Según nuestra tradición noruega, el entierre se llevará a cabo a los fines de la próxima semana, casi quince días después de morir. De esa manera, se cree que podemos comenzar el proceso de luto antes de tener que enfrentarnos con un número más grande de personas. No estoy seguro si eso sea la mejor manera, pero es la forma en que lo hacemos aquí. Como podría servir unos años en Colombia me di cuenta tanto que la muerte como el entierre eran asuntos donde se metió toda la familia, hasta la comunidad. A mí me parece que el dejar morir al enfermo en la manera colombiana no resulta en más llanto que aquí en Noruega, no hasta con la encuesta y el entierre tan rápido, normalmente solo uno o dos días después.)

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Victor Skimmeland ha estudiado entre otras materias la teología y ha trabajado en la iglesia y las misiónes. Actualmente mantiene su blog en preacher.no.     Copyright © 2018 Victor Skimmeland. Todo material presente está protegido por los derechos del autor. Cualquier uso comercial del contenido de estas páginas requiere de un permiso especial. Solicíteme, si lo requiere. Cualquier uso no comercial se aprueba si se usa con referencia completa del fuente.